martes, 16 de octubre de 2007

Nuestra educación: La reconfiguración de los valores y la constitución de un nuevo ideario social.

Estimados lectores… hace poco tiempo tuve la oportunidad de ver un hecho que me conmovió de manera significativa. En un espectáculo popular observé a una niña de no más de 5 años, de una situación económica difícil, pero que a pesar de su condición, disfrutaba del espectáculo con una magia en su mirada que llamó la atención de un servidor. Al ver esa alegría en su mirada y emoción que el espectáculo le brindada, me hizo pensar en lo siguiente: ¿qué futuro está construyendo nuestro sistema educativo con respecto a la constitución de un aprendizaje social, significativo, que resalte los valores y competencias, que permita a cada sujeto satisfacer sus principales necesidades de la cotidianidad en la que está inmerso?
Sin duda que nuestro sistema educativo se encuentra en una posición bidireccional. Por un lado tensa su hilo conductor bajo esquemas de burocracia e intereses políticos; y por el otro lado, el esfuerzo de la academia y de la ciencia social por encontrar respuestas sólidas y de acción casi inmediatas que orienten la educación en pro de nuestros intereses y necesidades como sociedad.
Por consecuencia tenemos un sistema que se mantiene anclado en prácticas tradicionalistas (basadas en la acción del docente y un proceso de memorización) que no permiten el fomento de actividades que impliquen la utilización de las nuevas capacidades y códigos sociales y culturales con los que interactuamos constantemente cada uno de nosotros.
Por lo tanto se reproducen esquemas didácticos y pedagógicos ‘mutilados’ por las practicas docentes y por la configuración de la realidad que constituyen los medios masivos y los grandes elementos contextuales que ofrecen al los sujetos sistemas de códigos y símbolos internalizados paulatinamente, que orientan nuestra realidad y perspectivas dentro de la misma.
Aunado a lo anterior, se necesita pensar en la configuración de un ideario social, una construcción colectiva de la identidad e interiorización de la formas éticas y propicias para el desarrollo y mejoría de nuestra condición como ciudadanos, familia e individuos, por citar algunas formas de identificarnos.
De todo esto surgen distintas cuestiones, destacando la siguiente: ¿de quién es la responsabilidad educativa?, ¿solamente del sistema educativo?, ¿qué papel tienen los medios?
Dar respuestas tajantes y bajo una opinión parecería corto para estos problemas; sin embargo la solución debe construirse paulatinamente, pero con el esfuerzo conjunto, en donde los padres, medios, docentes y tú, que lees estas líneas, nos interesemos en construir nuevos esquemas sociales que permitan reflexionar a cada uno de los sujetos: qué valores son necesarios, cómo debemos ver la realidad y construir la misma a partir de principios y sentimientos sociales, además de pensar en cómo darles oportunidad a aquellos que siempre son excluidos y poco considerados en soluciones verdaderas de las grandes problemáticas que nuestra sociedad atraviesa.
Un gran avance lo tendremos cuando dejemos de ver sufrir a todos esos niños marginados, excluidos y que día a día parecieran acrecentarse; ese avance se comenzará cuando se logre cerrar la brecha entre aquellos que poseen lo suficiente para vivir dignamente y aquellos que piden un poco de comida para tener una nueva esperanza a la mañana siguiente. Podemos decir que estamos trabajando cuando cada sujeto en situación de miseria encuentre la sonrisa de aquella niña que me inspiró para escribir estas líneas.
JJGQ

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