martes, 11 de septiembre de 2007

La incorporación de TIC en los sistemas educativos

El desarrollo de planes y programas educativos basados en la implementación de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) parte de la necesidad establecida por un nuevo paradigma basado en el uso de nuevas tecnologías para el procesamiento, distribución y transferencia de la información y el conocimiento, conceptualizando a éste como el principal insumo para el desarrollo de la sociedad en el siglo XXI.
Este paradigma basado en TIC requiere de una masa crítica y productiva capaz de enfrentarse a procesos de transformación y producción de conocimiento a partir de una movilización abundante de información obtenida por distintos medios o canales que funcionan como espacios dinámicos para el flujo de la misma información. Estas producción del conocimiento implica una serie de habilidades y capacidades cognitivas, estructurales, organizativas y sistematizadoras, obtenidas en los procesos formativos que se gestan, tanto en núcleos laborales y de intercambio de experiencias (como centros de investigación) como –y principalmente- en los sistemas educativos, que les permiten a los sujetos recibir la formación básica en habilidades, competencias y conocimientos, así como procesos de socialización a lo largo de la trayectoria académica.
La CEPAL define a las TIC como “sistemas tecnológicos mediante los que se recibe, manipula y procesa información, y que facilitan la comunicación entre dos o más interlocutores. Por lo tanto, las TIC son algo más que informática y computadoras, puesto que no funcionan como sistemas aislados, sino en conexión con otras mediante una red. Son más que tecnologías de emisión y difusión (como televisión y radio), puesto que no sólo dan cuenta de la divulgación de la información, sino que además permiten una comunicación interactiva” [1], Sin embargo mas allá de una definición de TIC, es necesario plantear el tipo de cuestionamientos que surgen con respecto a la implementación de las TIC en los sistemas educativos.
El objetivo principal de la implementación y uso de TIC en los sistemas educativos está relacionado con los enfoques mundiales sobre las nuevas tecnologías de información y comunicación, considerándoles como vehículos de progreso y desarrollo social. Esto se contempla en las visiones de los principales organismos y programas internacionales centrados en función del bienestar, desarrollo y equidad de las regiones, como UNESCO, CEPAL, OCDE, BID, entre otros. Un ejemplo de lo anterior es el Informe de Desarrollo Humano 2001 del PNUD que establece “las TIC contribuyen a superar tres barreras: a) barrera del conocimiento (más acceso a la información, mejor educación y capacitación); b) barreras de participación (Internet es un medio de vinculación y organización de movimientos de las sociedad civil en el ámbito global) y c) barreras de oportunidades económicas (las TIC son un sector dinámico de la sociedad)”[2].
Sin embargo, la consolidación de la sociedad de la información en América latina, depende de diversos factores que sustenten la constitución de los marcos de acción adecuados para la incorporación de las nuevas tecnologías, así como la formación de las capacidades y habilidades especializadas para el desarrollo de la sociedad.
Los principales factores hacen referencia a la consolidación de las estrategias internacionales[3] sobre la sociedad del conocimiento y la información, considerando en el diseño de la política de Estado para el desarrollo, al conocimiento como el principal recurso de transacción en los diferentes niveles de la estructura social.
El acceso a las tecnologías por parte de los diferentes sectores sociales es otro de los aspectos a considerar en al constitución de una perspectiva de desarrollo sustentada en las sociedad del conocimiento, por lo que es clave la revisión de los niveles e indicadores de acceso a Internet por parte de la población, los datos aproximados de PC por países, zonas y sectores territoriales, el uso de TIC en el sector público y su contraste con el sector privado y el nivel de tecnologización de los sistemas educativos.
Es por ello, que la importancia del uso de TIC en los sistemas educativos toma un papel central en el diseño de las agendas gubernamentales y en el diseño de las políticas públicas, dada la necesidad de incorporar los nuevos mecanismos de acción que se desarrollan en los países desarrollados; todo esto ante la dinámica que éstos países imprimen a la consolidación de los nuevos procesos que requieren el uso y aplicación de las TIC por parte de los demás sectores que se relacionan directamente en sus procesos productivos, políticos y culturales.
El plano descriptivo de los programas nacionales basados en TIC, implica el análisis en las dimensiones correspondientes a nuevos procesos de acción y uso de las TIC por parte de los sujetos, desde una perspectiva de la necesidad de nuevas habilidades y capacidades para la gestión y transferencia del conocimiento en un plano individual y colectivo. Además se establece la reflexión en torno a los nuevos tipos de comunicación sustentados en sistemas de nuevos códigos y significados que implican una capacidad de codificación y decodificación a partir de la interacción y uso de las TIC.
En términos educativos, la implementación de nuevos programas sociales basados en el uso de TIC, genera nuevos procesos de aprendizaje, así como una reconfiguración de los sistemas de enseñanza incorporando diferentes estrategias de aprendizaje y constitución de esquemas sociales para lo sujetos involucrados en el sistema educativo, orientando los procesos cognitivos y habilidades de éstos hacia la construcción de nuevos entornos y la transformación de los espacios y mecanismos de intercambio de aprendizaje y conocimiento, que rebasan las estructuras escolares tradicionales (aula, socialización local, relación docente-alumno), generándose así nuevas experiencias de aprendizaje y conocimiento sustentadas en el uso de TIC.
Estos nuevos procesos educativos buscan establecer la formación de nuevos procesos de interacción, generación de redes y el replanteamiento del papel que tiene cada uno de los actores involucrados en el desarrollo de lo sistemas educativos.
Tomando en consideración lo anterior, la implementación de TIC en los sistemas educativos busca formar las capacidades. Entre los principales enfoques de los sistemas educativos hacia la sociedad contemporánea están:
- Preparar ciudadanos capaces de convivir en sociedades marcadas por la diversidad, capacitándolos para incorporar las diferencias de manera que contribuyan a la integración y a la solidaridad, así como para enfrentar la fragmentación y la segmentación que amenazan a muchas sociedades en la actualidad. En consecuencia, los sistemas educativos serán responsables de distribuir equitativamente los conocimientos y el dominio de los códigos en los cuales circula la información socialmente necesaria, y formar a las personas en los valores, principios éticos y habilidades para desempeñarse en los diferentes ámbitos de la vida social.
- Formar recursos humanos que respondan a los nuevos requerimientos del proceso productivo y a las formas de organización del trabajo resultantes de la revolución tecnológica. Para incrementar la competitividad, el mayor desafío es la transformación de la calidad educativa: grupos cada vez más numerosos de individuos con buena formación, impulso de la autonomía individual, logro de un mayor acercamiento entre el mundo de las comunicaciones, la esfera del trabajo y de la educación y otorgamiento de prioridad a las necesidades del desarrollo económico: los usuarios, los mercados laborales y las empresas que utilizan conocimientos.
- Capacitar al conjunto de la sociedad para convivir con la racionalidad de las nuevas tecnologías, transformándolas en instrumentos que mejoren la calidad de vida (Mello, l993). Le corresponde a los sistemas educativos impulsar la creatividad en el acceso, difusión e innovación científica y tecnológica. Deben desarrollar capacidades de anticipación del futuro y de actualización permanente para seleccionar información, para orientarse frente a los cambios, para generar nuevos cambios, para asumir con creatividad el abordaje y resolución de problemas. Los miembros activos de una sociedad no sólo necesitan tener una formación básica, sino que deben incorporar conocimientos sobre informática y tecnología[4].
- De forma complementaria se favorece una actitud de mayor iniciativa y actividad por parte del alumnado (principio de aprendizaje ya bien conocido, pero que hasta ahora no conseguimos generalizar en los centros).
- En este contexto, el profesorado queda liberado de tareas de menor trascendencia y puede focalizar su actuación en lo más propiamente educativo: ayudar a pensar y a discernir entre la enorme cantidad de información disponible, y fomentar la reflexión y la toma de postura que serán ingredientes fundamentales para una ciudadanía responsable y comprometida con su entorno.
- Los libros de texto contribuían a mantener, de forma bastante estable, una convencional división del saber en disciplinas. Las nuevas fuentes de información tienden a presentar los fenómenos de forma global, facilitando aprendizajes más significativos y funcionales (aspectos ampliamente preconizados para potenciar la motivación del alumnado).

[1] CEPAL, Los caminos hacia una sociedad de la información en América Latina y el Caribe, Santiago, CEPAL, 2003, p.13.
[2] Borello, José, et. al., “¿Brecha o división digital? Un análisis de ideas y prácticas en el campo de las Tecnologías de la Información y Comunicación” en La informática en Argentina. Desafíos a la especialización y a la competitividad, Buenos Aires, Prometeo, p. 231.
[3] Entre las principales estrategias internacionales, se sitúan: i) La Estrategia de Lisboa, ii) Los Objetivos de Milenio, iii) Las Cumbres Mundiales sobre Sociedad del Conocimiento, iv) El proyecto One Laptop Per Children (OLPC) y v) Erasmus Mundus.
[4] María Inés Abrile de Vollmer, Revista Iberoamericana de Educación, Número 5, Calidad de la Educación, Mayo - Agosto 1994.

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